sábado, 12 de octubre de 2013


y de repente 
lo que ya creía definitivamente archivado en el arcón 
de los recuerdos 
pintó otra vez 
así 
sin decir agua va 
sin previo aviso 
justo a esta altura del partido 
cuando disfrutaba de un cómodo lugar en la platea 
y me había acostumbrado a mi rol de espectador 
a observar con ojo irónico 
distante 
divertido 
las gambetas de los otros jugadores 
sin comprometerme 
impasible 
desde lejos… 

(estoy hablando del amor
lo aclaro por si alguno
todavía
no ha entendido)

pero no
cosa de mandinga
o el destino
qué sé yo
venirme a encontrar otra vez pisando este pastito
trota que te trota
intentando hacer algo digno con este par de piernas que
-lo acepto-
día a día más me pesan
más me estorban
ambicionando jugar esta pelota
tan olvidada
tan resbaladiza
tan ajena
procurando esquivar tantos rivales
(once mil fieras)
corriendo como loco para un lado
para el otro
sin noticias de mi equipo
(deben de estar todos jubilados)
sin recordar casi las reglas de este juego
-tu juego-
y para colmo de males
con un arco contrario que parece estar tan lejos
tan pero tan lejos
que a veces siento ganas
-te confieso-
de patear con furia a la tribuna
pegar la media vuelta
volverme caminando despacito al banco de suplentes
y quedarme ahí
largo y tendido
mirando cómo pasan las nubes por el cielo
sin pensar en nada más
sin pensar en vos
en mí
en todo esto que sin comerla ni beberla
me cayó como peludo de regalo


la reputísima madre que lo parió a cupido!


2 comentarios: