a su espalda creciente la catástrofe
(los bárbaros con sus máquinas de acero)
el progreso es una ciudad sin niños
un campo de prisioneros numerados
no cesa la fuga del ángel
los ojos pavorosos hacia el mañana
vueltos
buscan un resquicio donde anide la voz de lo sagrado
(buscamos)
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