que mi hijo me preste su mirada
(eso quisiera)
y así poder volver a ver
como veía
acá nomás
dos o tres cuadras
a la vuelta de cuatro o cinco
esquinas
esos lugares que los mapas antiguos designaban
terra
incognita
infestados de salvajes con los ojos en el pecho
o con nariz y boca
de perro
(cinocéfalos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario